Economistas aplauden decisión del Banco Central de adelanta reunión monetaria y el IPoM
Decisión responde a “necesidad de dar a conocer con la prontitud adecuada información actualizada sobre la situación de la economía”.
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Una sorpresiva decisión adoptó ayer el Banco Central en pos de entregar más luces sobre la marcha de la actividad productiva en medio del conflicto social que afecta al país.
Cerca de las 16.30 horas, la entidad comunicó que se adelantará la fecha de la Reunión de Política Monetaria (RPM) y de publicación del Informe de Política Monetaria (IPoM).
De común acuerdo con la Comisión de Hacienda del Senado, el banco resolvió que presentará el IPoM el jueves 5 de diciembre y no el lunes 9.
"Lo anterior -explicó-, en atención a la necesidad de dar a conocer con la prontitud adecuada información actualizada sobre la situación de la economía, sus proyecciones de mediano plazo e implicancias para la política monetaria, dados los eventos sociales y políticos que ha experimentado el país desde mediados de octubre".
Así, la reunión monetaria -que habitualmente es previa al informe- se realizará el 4 de diciembre, en lugar del 6.
El investigador senior de LyD, Tomás Flores, consideró correcta la decisión, pues agrega información en un contexto de alta incertidumbre.
Lo mismo afirmó el gerente de Estudios de Gemines, Alejandro Fernández, aunque advirtió riesgos. Es que si bien destacó que la acción contribuye a aclarar el panorama, por otra parte le da más visibilidad a eventos que sólo atraen a los especialistas "pero, sobre todo, se van a tener que tirar a la piscina con poca agua".
El economista jefe de BCI, Sergio Lehmann, sostuvo que "la incertidumbre es alta y mientras antes se presenten las perspectivas del Banco Central, mayor es su aporte". Y agregó: "Es importante además que en el Congreso incorporen en su debate el costo que asume el país de que no se resuelva a la brevedad la crisis, de forma de que busquen acuerdos y consensos en los temas claves".
Lo positivo del ajuste para el economista jefe de Banco de Chile, Rodrigo Aravena, es que ya que el escenario base que regía las decisiones de política monetaria (IPoM de septiembre) a "todas luces quedó desactualizado luego de todos los eventos de han ocurrido desde mediados de octubre. Claramente, pasamos de un escenario de cierre de brechas, con fuentes de riesgos principalmente externas, a una recesión material en el corto plazo y con incertidumbres quizás no observadas en tiempos comparables".
Pero, al mismo tiempo, sostuvo que "es fundamental reconocer que el Banco Central enfrenta un tremendo desafío al elaborar este nuevo escenario sin información completa, lo cual dificulta una calibración con los usuales niveles de confianza. Ello es especialmente relevante para estimar el cambio que ha existido a nivel estructural. En particular, aún no se conoce con exactitud el nivel de daños a la infraestructura total del país, tampoco la potencial recuperación del stock de capital dañado ni el impacto en el mercado laboral. Así, no podemos descartar que la falta de información de hoy pueda llevar a nuevos ajustes de escenario en los próximos meses, con todas las implicancias que ello conlleva en cuanto a la conducción de la política monetaria".
Para el economista de Rojas y Asociados, Patricio Rojas, adelantar la reunión monetaria "no implica un cambio importante en las decisiones que pueda tomar la autoridad".
A su juicio, de estimar el Banco Central que "la situación de incertidumbre actual requiere adelantar su análisis, entonces debería haber adelantado la reunión para esta semana y dejar la publicación del Ipom para la próxima".
Actividad en rojo
Bajo cualquier análisis, desde el mercado se entiende que el ente emisor -como el equipo económico de gobierno- enfrenta un escenario complejo dadas las alteraciones en el mercado laboral y daños a la infraestructura en que se han traducido las protestas a la largo del territorio nacional.
El mismo banco anunció en el marco de la reunión monetaria del 23 de octubre -cuando redujo la tasa de interés 25 puntos base a 1,75%- que incluiría en el IPoM del próximo mes un análisis más completo e informado del efecto de los acontecimientos recientes sobre la economía, las perspectivas para la inflación y la misma respuesta de la política monetaria.
Lo anterior, se asume, implicará una disminución de los pronósticos para el PIB de este y el próximo año, que bien podría incluir una caída del mismo en el trimestre en curso.
El mismo ministro de Hacienda, Ignacio Briones, no ha descartado el riesgo de que el país tropiece con una recesión técnica, es decir, seis meses de un descenso en la producción.
A comienzos de noviembre, el secretario de Estado revisó por segunda vez a la baja en seis décimas la proyección de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) para este año que maneja el gobierno, situándola en 2% con un rango entre 1,8% y 2,2%. Para el próximo, el ajuste fue de una mayor magnitud, recortando en un punto el centro del rango pasando desde el 3,3% que se esperaba en septiembre, cuando se presentó el Presupuesto 2020, a 2,3% con un rango entre 2% y 2,5%.
En septiembre, marcado por el impacto de la guerra comercial entre Estados Unidos y China y, obviamente ajeno a cualquier riesgo de estallido social, el Central recortó de los cálculos para el Producto Interno Bruto (PIB) de 2,75%- 3,25% hasta 2,25%-2,75% para este año; y desde 3%-4% a 2,75% y 3,75% para 2020.
El director para Latinoamerica de Moody´s Analytics, Alfredo Coutiño, dijo hace unos días a DF que es indudable que el banco revise sus principales variables. Para la expansión del PIB de 2019 cree que lo ajustará a 2% y para el siguiente a un promedio de 2,5%.
Similares son las cifras que baraja muy preliminarmente Lehmann, dado que hay eventos en desarrollo con elevados niveles de riesgo. Para este ejercicio acota que el ente rector situará el PIB en 2% y en un rango de 1,25% a 2,25% para el venidero.
Mientras que Flores, anticipa que el banco se cuadrará para el año entrante con el 2,3% que marcó la última Encuesta de Expectativas.
Inflación de vuelta al 3%.
Para la inflación, en tanto, se observa una aceleración, tras el incremento experimentado por el tipo de cambio -hasta niveles de $ 800- lo que inevitablemente le pegará a la canasta de productos, ya que más del 70% de los bienes son transables y se ven impactados por la devaluación de la moneda.
De hecho, un frente que tendió a cambiar en las últimas semanas fue el referido a las tasas de interés, pues se comenzaron a sumar voces que rompieron la unanimidad que se percibía previo al estallido social respecto a que el camino era sólo de bajas.
La razón fundamental se llama dólar y su fuerte alza luego que estallara el conflicto social en el país el 18 de octubre, caracterizado por masivas manifestaciones pacíficas pero también actos de violencia que han alterado el funcionamiento de la estructura productiva. La moneda al escalar hasta los $ 800 la semana pasada, activó una serie de medidas de parte del instituto emisor. La idea fue asegurar la liquidez suficiente en el mercado cambiario para frenar el alza.